Edificio de oficinas y local comercial entre las calles Venegas, Alonso Alvarado y Murga, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Calles Venegas, Alonso Alvarado y Murga. 35003 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2009
Superficie total construida
883,38 m2

Agentes:

Arquitecto
Elías Cabrera Jiménez
Arquitecto técnico
Edward Lynch
Promotor
Gaproarq Canarias SL
Constructor
Cimentaciones Archipiélago

Memoria

La ubicación de la parcela, el “lugar”, es el condicionante principal de la edificación que se presenta. Una nueva realidad cambiante e inacabada que se configura a diario y que sorprende a los que desde no hace mucho tiempo visitábamos la heladería “Los Alicantinos”.

Es interesante contemplar como un área se transforma radicalmente mediante un proceso que contagia a múltiples elementos, tanto edificatorios como urbanos. Se construyen y proyectan nuevas edificaciones, se crea una plaza pública que relaciona los distintos edificios administrativos, se dota de un nuevo y necesario equipamiento de aparcamiento para la zona, se modifica el trazado viario consiguiendo que la calle Venegas adquiera un mayor protagonismo como vía urbana.

Hay pocos lugares en la ciudad donde una zona tan conocida y visitada a diario haya cambiado tanto en un corto período de tiempo, quedando todavía, por si fuera poco, algunas sorpresas urbanísticas y edificatorias por descubrirse.

Este proyecto nace, con unos datos de partida bastante claros: una parcela muy pequeña de forma trapezoidal, flanqueada por tres calles de características diferentes y cabeza visible de una manzana, que reaparece ahora con la particularidad de encontrarse en el lugar preciso dentro de todo este proceso cambiante.

El nuevo edificio responde a los distintos condicionantes, afrontando abiertamente cada una de las situaciones que le rodean. De una parte, con su categoría de oficinas, la fachada curva de cristal se abre a la nueva plaza, a los edificios administrativos, a lo público. De otra, se cierra a la calle Alonso Alvarado, recogiéndose de manera serena ante lo residencial, las viviendas, lo privado. Por un lado, permanece en silencio en su relación con la medianera vecina, por otra se muestra para ser visto desde la calle Murga.

Se plantea además, como un elemento de remate de manzana, donde las fachadas de las calles Murga y Venegas se fusionan en una sola, que se abre a la nueva plaza, convirtiéndose así en un foco de atención próximo, pero también a la vez, desde un punto de vista lejano.

Teniendo en cuenta que la calle Venegas se ha transformado en una vía urbana de mayor relevancia, no sólo por su ancho sino por su nueva sección, con carril exclusivo para servicios públicos y ajardinamiento, el edificio debe relacionarse con ella y por eso incorpora la línea ondulada de la fachada expresando un movimiento continuo, además de la horizontalidad de las lamas que representa el recorrido lineal de la vía en la que se sitúa.

La elección del material está directamente relacionada con la intención de unificar la imagen del edificio frente a los distintos requisitos urbanos, para que se entienda éste como una pieza singular dentro de un contexto heterogéneo, si bien se busca igualmente su relación con cada calle.

Como solución, se ha optado por un único material como elemento constructivo y de revestimiento, que unifique el conjunto y potencie la imagen urbana. Para ello se ha elegido un material novedoso pero a la vez tradicional, que se mantenga alejado de modas pasajeras y responda a los requisitos esenciales de durabilidad, resistencia y belleza.

Con la fachada modulada se resuelve el diseño compositivo, y la efectividad constructiva de la fachada ventilada, dispuesta mediante placas conformadas por extrusión de una pasta cerámica y con un coste de mantenimiento nulo, le confieren un aspecto natural y contemporáneo.

La cerámica extruída, representa la evolución de la pieza cerámica como elemento constructivo, donde la más reciente tecnología unido a una técnica constructiva innovadora consiguen un producto de máxima calidad.

Dicho sistema está compuesto por una subestructura portante realizada en aluminio y acero, por un aislamiento que cierra todos los puentes térmicos y por las propias piezas cerámicas como elementos de terminación exterior con un formato de 100 x 30 x 3 cm.

Si bien la gama de colores de este producto es muy amplia, se ha optado por el color blanco que ofrece un aspecto mucho más neutro, con una terminación lisa y un tratamiento antigraffiti incorporado para toda la fachada.

En la fachada orientada a naciente, el soleamiento se resuelve con un “velo protector”, formado por una celosía a modo de parasol de idéntico material que el resto de la fachada y consistente en lamas rectangulares de dimensiones 100 x 5 x 5 cm, ancladas por otra subestructura de acero dispuesta entre los distintos forjados y la carpintería.

El acristalamiento ocupa un papel destacado ya que, si aparentemente se mantiene oculto detrás de la celosía cerámica, la mayor parte de la fachada hacia las calles Venegas y Murga es de cristal, resaltando con ello su apertura y transparencia.

Se ha tenido en cuenta principalmente en el diseño de la fachada, su fácil mantenimiento y limpieza a fin de que estas operaciones se realicen siempre desde el interior, tanto de los paños de acristalados como de la celosía proyectada. Por ello las ventanas son practicables de suelo a techo a fin de poder acceder sin dificultad a cualquier punto de la fachada.

La planta baja se plantea como un elemento acristalado único, que a diferencia del resto del edificio no tendrá carpintería visible, destacándose del plano de la fachada porque sobresale 15 cm de manera paralela a las calles Venegas y Murga. El resto de la fachada se pliega a la curvatura.

Por último, la cubierta es plana e intransitable (solamente con acceso para el mantenimiento de las instalaciones de climatización) y no sobresale ningún cuerpo ni elemento por encima del antepecho permitido.

Localización: